Seguramente has escuchado o leído sobre la importancia de las rutinas para los bebés y los niños. Tener rutinas les ayudan a sentirse seguros y tranquilos en su ambiente al igual que a adquirir hábitos.
Las rutinas para ir a la cama son muy importantes, pues ayudan a nuestros hijos a prepararse física y psicológicamente para dormir. Les permiten identificar que ya es hora de dormir y a relajarse para poder entrar en modo sueño.
Una buena rutina es predecible, relajante y es lo suficientemente larga para ayudarlos a relajarse, pero lo suficientemente corta para que no se queden dormidos o se les escape el sueño.
¿Cómo diseñar una buena rutina para tu hijo?
Escoge 2 o 3 actividades tranquilas, de acuerdo a su edad, que realicen todas las noches antes de acostarlo en la cama. La rutina puede incluir:
- Lavar los dientes y ponerse la pijama
- Un baño
- Leer un cuento
- Contar una historia
- Cantar una canción
- Poner música relajante
- Masaje
- Rezar
- Muchos abrazos y besos
- Yoga para bebés y niños
- Dar biberón o pecho
- Contar lo que aprendieron durante el día o agradecer.
- Cualquier otra actividad o juego tranquilo y corto que disfruten los papás y el bebé.
Realiza la rutina en la habitación donde duerme tu hijo, que la pijama, los cuentos, abrazos sean en la habitación donde va a dormir y no por toda la casa.
Las actividades que hayas escogido para la rutina deben ser muy tranquilas y limitadas, es decir, si deciden leer cuentos o historias, deben ser 1 o 2 (no 3, 4, 5) y deben ser tranquilas, que no lo asusten, sean de miedo o sean de drama y con imágenes muy fuertes.
La rutina puede durar de 20 a 30 minutos.
La rutina de dormir también es muy útil para las siestas! No es necesario un baño, ponerle la pijama o hacerle un masaje, pero un cuento, música tranquila o una canción, pueden ayudar.
Hay estudios que demuestran que los niños duermen mejor cuando se satisfacen sus necesidades emocionales y se sienten apegados a sus padres. Así que es muy importante estar emocionalmente disponibles y darles todos los abrazos, arrullos y caricias que necesiten antes de ir a la cama. Procura no usar el celular o estar haciendo otras cosas al mismo tiempo, para que puedan tener toda tu atención y se acuesten más tranquilos.
Si tuviste un día pesado, estás de mal genio o estresado, procura relajarte antes de iniciar la rutina, pues no queremos trasmitirles estas sensaciones antes de acostarlos.